La
doble silla es una herramienta terapéutica que nace dentro del contexto de la
terapia Gestalt, es el mismo Fritz Perls quien empieza a utilizar sillas para
ayudarse en el trabajo con sueños con las personas que acudían a sus grupos
terapéuticos.
La
doble silla crea un espacio para la conciencia, un escenario en que se
representa un conflicto interior. Se invita la persona a identificarse con dos
partes de ella misma, dos polos opuestos que en términos Gestalt se denominan perro de arriba y perro de abajo, haciendo referencia al juego de control de alguien
consigo mismo; en una silla se sienta la persona en su faceta dominante, autoritaria,
exigente; en la otra, la faceta sumisa, defensiva, complaciente y víctima. Aquí
se pone de manifiesto cómo la interiorización de normas sociales, actitudes y
modos de pensar chocan con las necesidades y preocupaciones más básicas del
individuo.
El
objetivo de la escenificación es que estas partes escindidas puedan percatarse
de la existencia de la otra, establecer un diálogo y acercarse, hasta quedar
integradas en la conciencia.
En el
marco de la terapia cognitiva, Leslie Greenberg describe la sensación de confusión
o conflicto experimentada por la persona cuando las normas y evaluaciones
externas son interiorizadas tácitamente, es decir, sin que se hayan sometido a
una revisión crítica sobre su utilidad para satisfacer necesidades o liberar
emociones. De esta manera se ponen en marcha unos esquemas emocionales que operan
de manera automática y , a menudo, fuera de la conciencia.
Dos
estructuras esquemáticas opuestas, formadas por conductas, emociones, pensamientos
y deseos incompatibles, son evocadas al mismo tiempo, lo que genera el
conflicto y a menudo un bloqueo, al no ser posible satisfacer las necesidades,
ni cumplir con los criterios de exigencia de los deberes.
Las
emociones o síntomas que pueden resultar de ello pueden ser baja autoestima,
angustia, depresión, frustración.
Según
Greenberg, existen unos INDICADORES DE ESCISIÓN en situaciones de conflicto, a
los cuales es importante atender como psicoterapeutas. La persona realiza
alguna afirmación con indicador verbal o paraverbal de que dos partes están en
conflicto. A menudo, existe un indicador lingüístico, como, por ejemplo, “Por
un lado, por el otro”; “ Yo debería, pero no puedo”; “No debería, pero no puedo
dejar de hacerlo” También existen indicadores de IMPOSICIÓN o autocoerción.
La AUTOEVALUACIÓN
puede ser expresada como “Yo quiero pero soy tímido o no competente”; todos
estos indicadores ponen de manifiesto la presencia de un yo crítico y un experimentador.
Asimismo,
existen INDICADORES IMPLÍCITOS, que se manifiestan a través de autoevaluaciones
negativas como “soy un fracasado…”o frases autocoercitivas, como los “debería…”
Hacer
referencia al hecho de sentirse desesperado o culpable es indicador de una autoevaluación
negativa. En las frases del tipo: “Me siento temeroso, inseguro o ansioso” se
puede leer una parte alarmando a la otra al “catastrofizar” sobre el futuro.
Los INDICADORES
DE ATRIBUCIÓN DE CONFLICTO ponen de manifiesto como el conflicto es atribuido a
algún elemento externo y no se ha
tomado conciencia aún de que forma parte del propio funcionamiento psíquico, es
decir, que es de la propia persona.
En
algunos casos, se atribuye la
autoevaluación a otro: “Yo quisiera, pero mi padre dice…”, en otros
casos, se detecta un sesgo de
procesamiento: representaciones esquemáticas que incluyen la autocrítica y
expectativas negativas del sí mismo y anticipaciones de evaluaciones y
expectativas negativas de los demás. Se
trata de conflictos propios entre lo que se cree que se debería hacer y lo que se
quiere.
Otro
indicador puede ser la vergüenza o
turbación, que pone de manifiesto una escisión interna de desprecio o
aversión.
CÓMO OCURRE EL CAMBIO
Se
establece un diálogo entre dos partes opuestas de la persona que llegan a entrar
en contacto, danso lugar a una solución integradora. No se trata de hablar
sobre sino de vivir a través del
conflicto.
INGREDIENTES
ESENCIALES de este tipo de diálogo son: la expresión
activa, la atención centrada en
los elementos de la experiencia y la búsqueda
vivencial para acceder a los elementos tácitos del conflicto. El diálogo
encubierto se pone al descubierto por la posibilidad de articular y explorar la
posición de cada parte, lo que da lugar a una nueva síntesis. Las necesidades y
los deseos personales son aceptados.
Si expresáramos la tarea en forma de pregunta,
sería: ¿Cómo satisfacer las propias necesidades manteniendo los propios valores
y normas?
MODELO DE PROCESO DE RESOLUCIÓN
OPOSICIÓN: juego de roles, duras críticas/reacciones
afectivas, crítica específica.
IDENTIFICACIÓN Y CONTACTO: se observa la presencia de reacciones
emocionales más complejas y diferenciadas, sentimiento primario que desemboca
en un nuevo sentimiento. Por ejemplo, enfado por no ser escuchado. El crítico
pasa de la culpabilización a una postura autoexploratoria y autoexpresiva,
explicitando sus valores, lo que indica que ya se está en la etapa del diálogo.
INTEGRACIÓN: la crítica se suaviza, reconocimiento de las
necesidades de la otra parte. O se rechazan los “debería” por no contener
valores, o se integran las dos partes, o se rechazan las necesidades
organísmicas a favor de un ideal. La síntesis consiste en una resolución
integrada.
Existen dos maneras por las cuales se puede suavizar el
crítico: por compasión y autoaceptación, o por miedo de ser aplastado y que
dejen de existir los aspectos controladores, lo que se expresa a través de un
sentimiento de tranquilidad.
La síntesis puede ocurrir por negociación o por integración
espontánea.
Intervenciones del
terapeuta, por fases.
Prediálogo
Se propone a la persona realizar el ejercicio y se le describe la técnica.
Oposición
Durante esta etapa, es importante facilitar que fluya el
diálogo de las siguientes maneras:
- Escuchando el contenido y el estilo
-
Explicitar el qué y el cómo de las autocríticas:
“¿Eres consciente de qué te dices y de qué manera?”
-
Ayudar a que atiendan a la experiencia emocional
primaria
Identificación de los
dos aspectos: crítico/instructor vs inseguridad. En depresión y ansiedad la
crítica puede agravar los síntomas. “NO estés deprimido y/o ansioso!” (El “¡No
vales nada!” Genera el “Me siento mal”). En casos de ansiedad la catástrofe, la
anticipación de fracaso genera la inseguridad. Es necesario separar y crear
contacto entre la crítica y la parte
insegura, desvalida, y favorecer la toma de responsabilidad, animando que la
persona hable en primera persona.
Contacto: cambiar
con frecuencia de silla, manteniendo la distinción. Permitir que aparezcan los
aspectos conflictivos para elicitar sentimientos y necesidades profundas.
Explicitar lo que está implícito en lenguaje verbal y no verbal. Los objetivos
concretos son:
×
Conciencia de las autocríticas
×
Especificidad de las imposiciones y críticas y conciencia
de cómo la persona transmite las autoimposiciones, es decir, de su estilo.
×
Autoafirmaciones nucleares negativas
×
Acceder a y expresar sentimientos
El proceso de cambio emocional se produce al estar con el sentimiento, lo que ocurre
al ponerle palabras, dialogar con ello, animándo a la persona a seguir, permanecer con su tristeza (u
otra emoción)…
El sólo hecho de sintonizar con el crecimiento y empatizar,
produce un movimiento hacia adelante, ayudado por las preguntas exploratoria
que dan lugar a nuevas maneras de sentir. La inseguridad es contenida por la
propia presencia del terapeuta y se facilita el permanecer en ella como manera
de validarla y de integrarla. Todo ello da lugar a acceder a recursos
existentes, que antes se empleaban para mantener escindido ese sentimiento.
La afirmación de deseos y necesidades del sí mismo se producen
por las tendencias directivas de la experiencia.
Integración
Al volver al crítico, las duras autoevaluaciones se
suavizan. Aquí es adecuado facilitar la negociación y la integración. Cada parte
expresa sus perspectivas y deseos.
Perspectiva de
significado
Consiste en una fase de reflexión, posterior al diálogo, en
que se indaga sobre qué puede cambiar en la vida de la persona a raíz del
trabajo realizado y de las nuevas perspectivas adquiridas. También es
aconsejable que la persona pueda salir de la sesión habiendo adquirido algún
compromiso en algún aspecto concreto de su presente o alguna tarea.
Bibliografía
Peñarrubia, F. (1998). Terapia
Gestalt. La vía del vacío fértil. Madrid: Alianza Editorial.
Greenberg, L.S. y otros (1996). Facilitando el cambio emocional. El proceso terapéutico punto por
punto. Barcelona: Paidós.
Un post muy útil y detallado sobre la técnica, gracias!!!
ResponderEliminarMuy útil, gracias.
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