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martes, 5 de febrero de 2013

Prestar atención al proceso de cambio, la tarea básica del psicoterapeuta.


El arte de favorecer el cambio conlleva saber reconocer, acoger y resistir la tentación de seguir el sentido común en el diálogo con la persona que consulta. En lugar de ello, es vital conseguir prestar atención a los propios procesos y estados internos, reorientando constantemente el foco durante el diálogo en terapia.
Más allá de su orientación teórica, el terapeuta tiene la responsabilidad de identificar y señalar los aspectos importantes del discurso de la persona, porque contienen elementos que pueden ser aprovechados para llevar al cambio. Es como si el terapeuta fuera el guía en un museo, donde cada tema corresponde a una sala, y cada anécdota u observación, un cuadro. Se empieza la terapia en la sala del problema, y se eligen los cuadros de manera que sea más probable llegar hasta la sala de la solución.
Para ello, habrá que llevar a la persona a explorar zonas desconocidas, invitándola a percatarse de nuevos detalles, mirando más de cerca.
Con tal de poder desempeñar esta tarea, el psicoterapeuta estará implicado en un proceso externo, siguiendo el discurso del cliente en búsqueda de “aperturas”, y, al mismo tiempo, en un proceso interno, mientras atiende a sus propios cambios experienciales, que puede que reflejen aspectos de la experiencia del otro.
Por ello, el terapeuta debe entrenarse en saber “entrar y salir” de sí mismo, sin apartarse del proceso del cliente por el hecho de observar su propia experiencia. En esto consiste la “atención dividida”.
Sólo será posible detectar ciertos fenómenos en la mente del otro si se ha aprendido a distinguirlos en la propia mente; por ejemplo, no será posible señalar un pensamiento automático si no se ha experimentado este proceso en primera persona.
Resulta, entonces, fundamental prestarse atención en la vida cotidiana para reconocer fenómenos explicitados en las teorías, reorientar voluntariamente la atención y ampliar la autoconciencia.

Sobre estos temas se centra el artículo  de E. Laso Ortíz: Saber adónde mirar: la atención en la enseñanza y práctica de la psicoterapia. Lo podeis encontrar en la Revista de Psicoterapia, XXI, 88.

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