La pasada tarde del domingo de Reyes, salí de la rutina cotidiana para sumergirme en el océano antártico y pasear por sus playas heladas de la "aleta" del pingüino emperador...
"El viaje del emperador", de Luc Jacquet, documental que adopta el formato de una película, versa sobre el proceso de reproducción y cría de estas aves.
A diferencia de otras especies monógamas, estas criaturas se profesan amor incondicional y pueden llegar a mantener una única pareja a lo largo de su existencia, muy similarmente a lo que hacemos los seres humanos.
La escena que deseo compartir hoy con vosotros es, a mi parecer, una de las más románticas y eróticas de entre todas las que he visto hasta ahora.
Magnificada o no, muestra una forma distinta de afectividad y sexualidad, el goce no entorpecido por lo racional (pensamientos, preocupaciones), la tan anhelada desinhibición (el "dejarse llevar"), la lentitud y el cuidado en el tacto, nuevas maneras de tocar...
¡Debo confesar que jamás me hubiese imaginado recibiendo lecciones o tomando prestadas ideas de un pingüino en estos temas!
Me quedo satisfecha si al menos uno de vosotros disfruta tanto del vídeo como yo y/o aprende o siente algo nuevo.
La música, de mano de Emilie Simon, tampoco tiene desperdicio (¡tenemos que cuidar nuestro oído!).
Podéis encontrar los títulos de los temas y escucharlos aquí.
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