El otro día, ojeando un libro*, releí un cuento que ya una vez me llamó la atención y que hoy he pensado compartir con vosotros.
Bueno, el cuento es el de una olita que va saltando por el mar y lo pasa muy bien. Disfruta del viento y del aire hasta que ve que las demás olas que tiene delante rompen contra la costa.
“Dios Mío, esto es terrible”, dice la ola. “¡Mira lo que me va a pasar!”
Entonces llega otra ola. Ve a la primera ola, que parece afligida y le dice: “¿Por qué estás tan triste?” La primera ola dice: “¿Es que no lo entiendes? ¡Todas vamos a rompernos! ¡Todas las olas vamos a deshacernos! ¡¿No es terrible?!”
La segunda ola dice: “No, eres tú la que no lo entiendes. Tú no eres una ola, formas parte del mar”
Creo que es mejor dejar lugar a que cada uno haga su propia reflexión, quizá para los días tristes en que todo parece salirnos mal; quizá para aquellas personas con diagnósticos crónicos o que han sufrido pérdidas irreversibles en su vida…
* El libro es “Martes con mi viejo profesor”. Match Albom.
Buen cuento el que encontraste, la verdad es que te echare de menos, en poco tiempo has hecho mucho por mi, un besazo. Rafa.
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